La Muerte
no es el Final
Hace
apenas tres días, el 9 de febrero, todos los que formamos parte de la Guardia
Civil, estamos sumidos en la más profunda tristeza y consternación, indignados
y golpeados en nuestros verdes y beneméritos corazones. Hemos perdido, ASESINADOS
en Barbate (Cádiz), arrollados por una narcolancha, a dos de nuestros
compañeros Guardias Civiles, Miguel Ángel González Gómez y David Pérez Garacel,
pertenecientes a las unidades del GEAS y el GAR respectivamente, especialidades
reconocidas internacionalmente por su preparación y labor. Otro de nuestros
compañeros está herido grave, y nos mantenemos a la espera de que todas las
noticias respecto a su recuperación sean alentadoras y permanezca estable, así
como del resto de compañeros que se encontraban en el operativo y presentan
heridas de carácter leve.
El equipo de RAGCE y a través de
este comunicado, queremos rendir homenaje a nuestros compañeros asesinados, que
como todos los que formamos parte de esta gran familia, salieron al mar
obedeciendo órdenes, con los medios de los que disponían y siempre con el
pensamiento de servir y proteger. El mejor servicio siempre ha sido llegar a
casa con la satisfacción del deber cumplido, siendo conscientes de que nuestra
formación, profesionalidad y experiencia, hacen honor a nuestra “Cartilla del
Guardia Civil”, asumiendo los principios de sacrificio, lealtad, austeridad,
disciplina, abnegación y espíritu benemérito.
Solo quienes conocen a la Guardia Civil, saben que se
cimenta sobre valores que, desgraciadamente una parte de nuestra sociedad ni
llegará a oír ni a sentir jamás, porque avanzamos hacia la deriva en un mundo
convulso, con una gran pérdida de valores y lo que es peor, el absoluto
desprecio a la VIDA. Y así lo hemos observado en las tristes imágenes del
asesinato de nuestros compañeros, donde desde tierra, un grupo a los que no
podemos denominar “personas”, jaleaban las acciones de los que dirigían las
narcolanchas, animándolos y alegrándose de lo que estaba sucediendo, atacando
violentamente a la Guardia Civil y siendo conscientes de ello. Si a estas
actitudes le sumamos la pérdida del principio de autoridad, estamos condenando
a los ciudadanos de bien de nuestro país a tener unas Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad que no cuentan con los medios necesarios para afrontar la situación
del incremento progresivo de la actividad delincuencial a la que nos
enfrentamos en los últimos años.
Por ello, se solicita a las autoridades competentes,
mantener la libertad en nuestro país y acabar con el libertinaje. Es necesario
que se produzcan cambios legislativos, con el endurecimiento de las penas, pues
no puede salir “gratis” arrebatar la vida de un ser humano. Se necesita contundencia,
protegiendo al pueblo de aquellos que no aceptan nuestras normas de convivencia,
siendo indispensable restablecer de manera urgente el principio de autoridad en
nuestro país y especialmente en las zonas conflictivas, a través de operaciones
especiales.
Hemos luchado durante décadas contra el terrorismo de ETA y tras haber vencido a la Banda terrorista y poder sentir el alivio de no tener que continuar perdiendo a nuestros compañeros, ahora convivimos con una delincuencia sin escrúpulos, bandas organizadas y monstruos asesinos que campan a sus anchas por nuestras calles, nuestros barrios y nuestras aguas.
Las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad no quieren nada que no sea dotarles de los medios necesarios para
luchar contra quienes no saben convivir en nuestra sociedad. Los miembros de la
Guardia Civil quieren terminar su servicio, volver a sus casas, junto a sus
familias, sabiendo que forman parte de un proyecto donde se construye un país
más seguro, una sociedad ejemplar, donde todos los ciudadanos dejen de sentir
miedo y para ello se necesita además de recuperar el “principio de autoridad”,
una inversión progresiva para dotar de todos los medios materiales y humanos al
servicio de nuestros hombres y mujeres que se juegan cada día la vida en las
calles. Se necesitan más efectivos, para llegar a cada rincón de todo nuestro
territorio nacional y dar un servicio de calidad, organizado y estructurado, donde
el ciudadano se sienta protegido.
Nos despedimos, expresando
nuevamente nuestra tristeza y pesar por el asesinato de nuestros compañeros,
pues sentimos el dolor en nuestro interior como algo propio y nos desgarra el
alma. Pedimos que recaiga todo el peso
de la ley sobre los asesinos, narcotraficantes que han arrebatado la vida de
nuestros dos compañeros, nuestros héroes, a quienes lloramos y a los que nunca
olvidaremos, manteniendo el recuerdo eterno. A sus familias, amigos, compañeros de Unidad,
el abrazo entrañable, nuestro apoyo y cariño, poniéndonos a su disposición en todo
aquello que puedan necesitar.